Es increíble lo que estamos viviendo. El Coronavirus ha provocado una situación que nunca podíamos haber imaginado. Escuchábamos lo que estaba sucediendo en la China, pero lo veíamos lejos. Y de golpe, empezó a afectar a Italia y en pocos días ya estábamos el resto de países europeos en la misma situación. Empezamos con medidas de seguridad e higiene, distanciamiento, y rápidamente tuvimos un aumento vertiginoso de contagios, colapso sanitario y
desgraciadamente una curva ascendente de personas infectadas o fallecidas. Ahora escuchamos la TED Talk de Bill Gates en 2015 y parece imposible que lo que allí ya se anunciaba esté pasando ahora a nivel mundial. (www.bvm.cl)
“Cada crisis acentúa la necesidad de adaptación y cada crisis es una oportunidad para sacar aprendizajes”
Estos días de confinamiento, provocan una sensación de desconcierto e incertidumbre sobre hacia dónde nos dirigimos. Aunque lo que todos tenemos claro es que nada volverá a ser igual que antes. Cada crisis acentúa la necesidad de adaptación y cada crisis es una oportunidad para sacar aprendizajes.
Pensando sobre qué consecuencias traerá consigo esta crisis, se me ocurren las siguientes reflexiones:
- Viabilidad del teletrabajo y la capacidad de comunicarse remotamente. Estamos asistiendo a reuniones virtuales, sesiones de formación on line, trabajamos de manera colaborativa, compartimos información en red, organizamos encuentros informales virtuales con nuestros amigos… Y nos damos cuenta, que todo es posible, que aprendemos rápido y que hay otras maneras de trabajar que no requieren que sean presenciales.
- Necesidad de potenciar la digitalización de los procesos administrativos y robotización de los procesos industriales. Las
compañías que se habían preparado con anterioridad y habían digitalizado sus procesos ven como su productividad se mantiene y pueden facilitar una continuidad del negocio. - Mantener una relación cercana y empática con nuestros clientes y consumidores. Debemos saber cómo están manejando esta situación de crisis, actuar con proactividad anticipándonos a sus necesidades, ser consciente de las dificultades, ser flexibles y buscar soluciones innovadoras para estas circunstancias excepcionales.
- Ser muy coherente con el propósito de las compañías. En estos momentos de crisis, las empresas y organizaciones que no sólo piensen en términos financieros a corto plazo, sino que tengan una visión de comunidad, del por qué de su existencia, de lo que aportan a la sociedad con valores de solidaridad, compromiso y generosidad serán las que tendrán unos modelos de gestión exitosos.
- Liderazgo basado en la confianza y la empatía. Reflexionar qué podemos hacer para las personas que trabajan con nosotros, con escucha activa, estando cerca, con confianza y uniendo esfuerzos.
Estamos ante una situación excepcional, y todos podemos contribuir a aligerar el impacto que esta crisis del coronavirus está provocando.
Y tú, ¿Qué aprendizajes sacas de esta crisis?